“La música se mezcla con el exterior y se crea una solución única que solo ocurre en ese momento. Es como si el ruido de la ciudad se entremezclara con el de la canción que estás oyendo y se creara algo nuevo”. Tras sus muchos paseos por la calle con los auriculares puestos, Juanjo Ordás analiza cómo se mezcla la música que escuchamos mientras caminamos con los ruidos de la ciudad.
Una sección de JUANJO ORDÁS.
Pasear escuchando música es un gusto que muchos experimentamos. Es distinto a hacer en casa tumbado en el sofá o echado en la cama, porque cuando lo haces en la calle la sensación es de movimiento. Me estoy centrando en la calle porque es ahí donde ocurre algo muy curioso que no sé si alguna vez habéis notado.
Resulta que cuando tienes los auriculares puestos en tal o cual avenida, en la estación de tren que sea o en cualquier parque, la música se mezcla con el exterior y se crea una solución única que solo ocurre en ese momento. Es como si el ruido de la ciudad se entremezclara con el de la canción que estás oyendo y se creara algo nuevo. Tal vez no te hayas dado cuenta nunca, pero ocurre y afecta a las emociones porque la percepción varía. ‘Stranger than kindness’ de Nick Cave atravesada por el ruido de un tren, ‘Bumblebee’ de Kasabian con ruido de tráfico nocturno, gritos de gentío entre alguna canción de Calle 13. Sensaciones curiosas que no se pueden provocar, sino que llegan solas. Música dentro de música.
La cuestión es que hay que saber qué hacer con el volumen, hay que encontrar la mezcla adecuada entre el exterior y la música de nuestro reproductor, casi cual maestro cocinero, los sonidos de fuera deben ser la banda sonora de nuestra banda sonora y nuestra música no debe ensordecerlos pero tampoco dejar que tomen el protagonismo haciendo de ella un hilo musical.
Fuente: Efe Eme
Una sección de JUANJO ORDÁS.
Pasear escuchando música es un gusto que muchos experimentamos. Es distinto a hacer en casa tumbado en el sofá o echado en la cama, porque cuando lo haces en la calle la sensación es de movimiento. Me estoy centrando en la calle porque es ahí donde ocurre algo muy curioso que no sé si alguna vez habéis notado.
Resulta que cuando tienes los auriculares puestos en tal o cual avenida, en la estación de tren que sea o en cualquier parque, la música se mezcla con el exterior y se crea una solución única que solo ocurre en ese momento. Es como si el ruido de la ciudad se entremezclara con el de la canción que estás oyendo y se creara algo nuevo. Tal vez no te hayas dado cuenta nunca, pero ocurre y afecta a las emociones porque la percepción varía. ‘Stranger than kindness’ de Nick Cave atravesada por el ruido de un tren, ‘Bumblebee’ de Kasabian con ruido de tráfico nocturno, gritos de gentío entre alguna canción de Calle 13. Sensaciones curiosas que no se pueden provocar, sino que llegan solas. Música dentro de música.
La cuestión es que hay que saber qué hacer con el volumen, hay que encontrar la mezcla adecuada entre el exterior y la música de nuestro reproductor, casi cual maestro cocinero, los sonidos de fuera deben ser la banda sonora de nuestra banda sonora y nuestra música no debe ensordecerlos pero tampoco dejar que tomen el protagonismo haciendo de ella un hilo musical.
Fuente: Efe Eme