Por Fabián Solari - El sábado pasado se llevó a cabo el encuentro cultural metalero más imporante del año en el Centro Cultural La Imaginería organizado por Gito Minore bajo una ciudad lluviosa pero que no aplacó a quienes tenían pensado asistir, todo lo contrario.
Llegando al cruce de la autopista - allí queda La Imaginería - ya se advertía el fervor de los visitantes en los stands dispuestos a ambos lados de la entrada con ese material tan preciado: Icarus Music y Jedbangers flanqueaban como guardianes del infierno ofreciendo lo que todo buen metalero sabe que puede allí encontrar. A partir de ahí... ingresamos a la caldera del diablo para cautivar los sentidos.
De niño todos alguna vez - o varias para ser justos - fantaseamos con tener una juguetería producto de la ingenuidad característica de la edad y cada vez que más de un juguete nos llegaba como regalo no hacía más que potenciar esa fantasía primitiva; visitar la Feria es como volver a sentir esa fantasía cercana a la realidad por espacio de 8 horas. Un viejo refrán dice "la casa es chica pero el corazón es grande" y calza perfecto para la ocasión porque si bien el espacio para un encuentro anual que crece a pasos agigantados es acotado, la predisposición y la buena onda de organizadores, expositores, músicos y público fue de lo mejor.
Un buffet acorde con cerveza local - local de verdad, de Boedo - empanadas y algunas que otras cosas para comer y beber recibía a los niños curiosos metaleros hábidos de todo lo que Gito sabe ofrecerles desde la 1° Feria el año pasado: cine, presentación de libros, charlas varias (sobre Metallica en la Antártida, sobre Blind Guardian y su disco inspirado en Tolkien, sobre Aleister Crowley), debates varios, acústicos, firma de discos a cargo de Vorax y Matan S. A.
Ya volveré para desarrollar lo más destacado de cada evento, pero me quiero detener unos instantes. Que afuera estuviese lloviendo no sólo que nadie se enteró sino que tampoco importaba ya que adentro la gente del palo intercambiaba ideas, buscaba y generalmente conseguía lo que quería desde dibujos alusivos a cuestiones metaleras y su forma de vida hasta el disco de Falcon, simplemente por citar alguno. No advertí momentos de tensión, mala onda ni gente molesta salvo la preocupación constante del organizador porque todo estuviese saliendo de la mejor manera posible y a él le digo: Gito, relajate que todo salió bien, que todos la pasamos de puta madre, que nadie se sintió incómodo ni molestó a nadie, sos un tipo al que tenemos que cuidar porque hacés lo que a nadie se le había ocurrido hasta que se te ocurrió a vos mientras tomabas unos mates un domingo de invierno con María Inés el año pasado. La camaradería fue el eje que nos atravesó transversalmente a todos pegando onda con gente desconocida pero hermanados por ese sentimiento metalero que emanamos por cada poro de nuestro cuerpo. Todo salió zarpadamente bien, loco, disfrutalo que nosotros lo disfrutamos también.
Vuelvo; las ponencias fueron de real interés, algunas más intensas otras no tanto pero todos los que expusieron lo hicieron con profesionalismo porque salvo los errores producto de la tecnología (la notebook se negó a abrir los archivos preparardos para ilustrar dos ponencias), todo fue de calidad. El punto más alto de las charlas fue "Heavy metal sustentable: Metallica en la Antártida" a cargo del licenciado en gestión ambiental y obviamente metalero Hernán Mazón quien fue parte del proyecto y viajó a la Antártida. La charla de Nuna Calvo estaba basada en una producción de audio y video preparada para la ocasión pero la notebook se rebeló y se lo impidió. Algo parecido le pasó a Cristina Rafanelli pero las imagenes y la música solo eran alusivas e ilustrativas por lo cual pudo exponer "Aleister Crowley: ¿mago o demonio? una leyenda del rock".
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Hernán Mazón exponiendo sobre heavy metal sustentable |
Entre charlas, cerveza María (auspiciante) y algún sólido que engañe al estómago se sucedían las ponencias, se miraban discos, se calculaban talles de remeras para ver si se compraban o no, se ojeaban libros y revistas y la tarde seguía siendo el vehículo que nos transportaba a un mundo más feliz por el túnel del tiempo que a Gito se le ocurrió poner en marcha el año pasado... relajá Gito, todo salió bien, loco.
Se improvisa un pasillo entre la montonera de metaleros para dar paso a los integrantes de la mesa de debate en función de un tema que se las traía: "El retorno de lo ancestral en el heavy metal argentino". Gito moderó una mesa integrada por Pablo Trangone (Arraigo), José Luis Terzaghi, Ezequiel Evangelista (Raza Trunka) y Sandro Siracusa (Werken). Dejaron en claro que más allá de ser descendientes de europeos muchos de nosotros, lo ancestral originario americano tiene valor y hay que revalorizarlo por sobre cualquier otra cosa sin desmerecer, claro está, lo escencialmente foráneo (europeo y norteamericano anglosajón).
La buena predisposición de los músicos para con la gente hay que destacarla porque siempre estamos criticando la actitud de estrellas que muchos tienen para evitar el contacto con el público, bien distinto fue el caso en esta jornada porque se percibía que los músicos se sentían uno más del público y el público - con el mayor de los respetos - saludaba, se sacaba fotos, preguntaba y agradecía la atención.
La 2° Feria del libro Heavy trajo una buena nueva noticia: está en marcha el GIIHMA (Grupo de investigación interdisciplinario del heavy metal argentino), espacio abierto de comunicación cuya investigación tratará de ordenar nuestra historia metalera desde tiempos remotos teniendo en cuenta los aspectos sociales que se fueron sucediendo y como ha ido construyendo indentidad y reaccionando sin dejarse engañar para no perder la esencia.
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Gito Minore, el organizador |
Junto a Efecto Metal estuvo el fotógrafo Andrés Violante quien ofreció una distendida ponencia acerca de
"El derecho de autor en la fotografía" y tuvo una muy buena idea: interactuar con el público para hacer menos técnica la charla y de esta manera dejar en claro que el fotógrafo es propietario de los derechos de la foto que toma pero que es técnica y jurídicamente muy difícil hacer valer ese derecho. Párrafo aparte, ya que la menciono, para Ricardo Puigross y su buena onda desde el stand de la revista Efecto Metal.
Algo más que ha dejado la Feria es la presentación por parte de César Fuentes Rodríguez de su libro
"El infierno y los Celacantos" que supo gambetear - cual Maradona y Messi juntos - a un etílicamente efusivo fan de la H quien al final de la charla se le tiró encima para saludarlo y sacarse una foto... aplauso para CFR.
A esta altura ya entrada la noche y con la lluvia festejando semejante despliegue de todos adentro y afuera, qué decir... agradezco a la vida por haberme hecho metalero y al heavy metal por ser portador de tan delicioso amor por la música y lo que ella genera. Una María negra helada, varios cd's, folletos, volantes y tarjetas varias, la púa de Metallica en la Antártida que amablemente me regalara Hernán Mazón - tiene la humildad de los grandes - fan de la banda entre otras cosas, un par de revistas, el libro "Cultura Metálica", fanzines y por sobre todas las cosas, me traje el cuerpo y el alma empapados de agua por la lluvia pero de sudor metalero. Hay psicosis masiva, es menester que sea rock.
Gito, t
odo salió zarpadamente bien, loco, disfrutalo que nosotros lo disfrutamos también. Nos vemos en la 3° Feria del Libro Heavy... que sea rock!!!!!!
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Presentación del corto "RockZtar" |
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María Claudia Lamacchia, de UMI |
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Nuna Calvo, disertó sobre Blind Guardian |
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Pablo Allen, gaitero de Triddana |
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Gito y su troupé |
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Gito presentando a Andrés Violante |
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César Fuente Rodríguez |
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César Rodríguez Biewerth presentó su libro |
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La gente respirando un poco de aire fresco ya caída la noche |
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José L. Terzaghi, Pablo Trangone, Sandro Siracusa, Gito y Ezequiel Evangelista |
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Con Sandro Siracusa, vocalista de Werken |