Por Fabián Solari - La espera se hizo interminable y la banda acusó recibo de nuestra impaciencia brindando un show demoledor de principio a fin.
Tarde noche ideal para escuchar buena música y allá fuimos al Roxy. Llegamos temprano para escuchar a dos de los grupos soporte: Cautivo - la banda de Chacabuco - sonó bastante bien a pesar del sonido que cada tanto se transformaba en una bola de ruido y saturaba haciendo molesto el pasaje. Oscar Ventre por momento, muchos momentos, fue incomprensible pero se entienden quizá los nervios. Fin del show y la bandita de fans que trajeron disfrutaron mucho más que nosotros. A continuación Alma Reina que se notaban mucho más profesionales y aceitados aunque quizá haya sido el sonido que fue sensiblemente mejor que el de Cautivo. El dominio de escenario que tienen estos pibes es mucho mayor que el de muchas bandas consagradas. Un violero que se las trae - Federico Aversa - y un vocalista exquisito que manejó los tiempos de manera notable - Sebastián Sosa - a lo largo del set. Los temas del disco propio suenan tremendos pero el punto flojo fue el cierre con la malograda ejecución del clasicazo de Deep Purple "Highway star" en la cual la banda toda no estuvo ajustada y los pifies en varias oportunidades de la guitarra en el solo al igual que el teclado fueron muy notorios. En líneas generales, se soportaron bastante bien a los soportes. Punto final para ellos.
Tarde noche ideal para escuchar buena música y allá fuimos al Roxy. Llegamos temprano para escuchar a dos de los grupos soporte: Cautivo - la banda de Chacabuco - sonó bastante bien a pesar del sonido que cada tanto se transformaba en una bola de ruido y saturaba haciendo molesto el pasaje. Oscar Ventre por momento, muchos momentos, fue incomprensible pero se entienden quizá los nervios. Fin del show y la bandita de fans que trajeron disfrutaron mucho más que nosotros. A continuación Alma Reina que se notaban mucho más profesionales y aceitados aunque quizá haya sido el sonido que fue sensiblemente mejor que el de Cautivo. El dominio de escenario que tienen estos pibes es mucho mayor que el de muchas bandas consagradas. Un violero que se las trae - Federico Aversa - y un vocalista exquisito que manejó los tiempos de manera notable - Sebastián Sosa - a lo largo del set. Los temas del disco propio suenan tremendos pero el punto flojo fue el cierre con la malograda ejecución del clasicazo de Deep Purple "Highway star" en la cual la banda toda no estuvo ajustada y los pifies en varias oportunidades de la guitarra en el solo al igual que el teclado fueron muy notorios. En líneas generales, se soportaron bastante bien a los soportes. Punto final para ellos.
Luego de una breve espera se apagan las luces, suenan motores y de repente se corre el telón y sin mediar palabra arremeten con "Como un dios del metal" y "Sin ley"... arrancó bien arriba y desde ahí le dieron duro y parejo. No los voy a engañar: la lista de temas no me la acuerdo - sinceramente nunca tuve la intención de memorizarla - porque después de semejante comienzo me dediqué a disfrutar lo que se avecinaba como un show demoledor. Hacía rato que no escuchaba tan buen heavy metal - descontando el show de Rata Blanca en Ituzaingó de fines de marzo - y la verdad que tuvo de todo: momentos de excelente música, de muy buen humor, de buena onda, de complicidad con el público que fue (fuimos) entregado/s sabiendo que sería una fiesta y de todo lo que estamos acostumbrados desde la primera época. No puedo dejar de mencionar algo que me sigue llamando la atención en forma positiva de los conciertos últimamente; recuerdo otras épocas en las cuales era impensado que una persona en silla de ruedas pueda ir a disfrutar en vivo de la banda que escucha en su casa, en este caso no hubo una sino tres personas en sillas de ruedas y eran tres personas más, nadie discriminó. Volví a escuchar permiso, por favor y gracias a pesar del alto nivel etílico de algunos... Volviendo a la música, Claudio Parolari desde la batería y Horacio Pinasco desde el bajo sentaron las bases bien sólidas para que se luzcan tirándose en forma constante el protagonismo Daniel Telis y Martín Knye sacándose chispas con las violas. La frutilla del postre fue el terrible registro vocal que aún despúes de décadas mantiene el soberbio vocalista Enrique Gómez Yafal. Mecharon temas de Kamikaze de los tres discos para cerrar con el tema que ellos mismos dijeron sabiendo que también es así para nosotros será el clásico del álbum, "Cadenas". De este show histórico surgirá el segundo DVD de la banda. El profesionalismo que demostaron estuvo a la altura de cualquier banda extranjera y me parece que me quedo corto porque el escenario parece ser el hábitat natural de estos músicos que juntos son dinamita, como si el tiempo nunca hubiese pasado. Una entrada para ver a KZ4! cuesta, en promedio, el 25% de lo que cuesta una entrada para ver a una banda internacional y eso me genera bronca e impotencia porque la calidad en este caso, sea cual sea la banda extranjera, KZ4! se la pelea de igual a igual como paradojicamente también anoche Maidana lo hizo con Mayweather... pero me juego la cabeza que KZ4! tendría mejor suerte.