Por Fabián Solari - Fotos y videos por Verónica Rodríguez - Noche fresca de viernes en Recoleta aunque eso nunca es impedimento para escuchar buena música y si de Anhell se trata... hard rock del mejor asegurado. Si bien Moon Rock no es ni por asomo un local para conciertos (es un boliche swinger que para hacer un billete extra lo ofrecen para shows), la cercanía del público con los músicos hace que la intimidad genere un clima interesante para vivenciar mejor aún lo que los artistas ofrecen. Con una demora superior a la estipulada, la banda invitada sube a escena para hacer su presentación. Temas ajustados, una voz muy limitada técnicamente, una primera guitarra temerosa pero con un baterista que es pura polenta, así sonó y pasó el soporte.
Turno del plato fuerte: Anhell. Con la alegría que nos tienen acostumbrados, Diego Alegre, en voz y guitarra, Noelia Arregui en bajo y coros, Sebastián Aquistapace en batería y Alejandro Trípoli en guitarra arrancaron con la intro sin la previa prueba de sonidos por falta de tiempo. ¿Afectó en algo el no haber tenido tiempo para hacer la prueba de sonido? Debido al manejo de escenario, la química que hay entre los músicos y el conocimiento de cada acorde podemos decir que no afectó en nada sino todo lo contrario ya que a medida que se iban sucediendo los temas iban probando y probando y nunca se vio afectado un sólo acorde (quizá los músicos hayan percibido algo, desde abajo se apreció un show cálido y entrentenido). Fueron 10 temas y un bis que dieron muestra de la clase que Anhell tiene a lo largo de un show para pocos, bastante pocos. Un párrafo aparte para la falta de solidaridad de la banda invitada que antes de la mitad del set de sus anfitriones se fueron, hay cosas que no se hacen y si bien los chicos de Anhell no hiceron referencia al respecto ni en público ni en privado cuando se los comenté, entiendo que estas actitudes son las que le hacen mal al under porque si no se dan una mano entre todos y es sálvese quien pueda, nunca saldremos adelante.
El humor de Diego Alegre y el carisma hacen que el show para la "multitud" como dijo o para la multitud no varíe en calidad puesto que la banda toda pone el corazón a disposición y servicio de temas brillantes que darán que hablar, estimo, que en un futuro no muy lejano.
Nos sumergieron en la segunda mitad de la década del '80 con aires frescos y melodías a veces dulces a veces ásperas pero siempre con buen gusto. Temas como "Descarriado", "Luz", "El sueño de un ángel" y "El rey" - de autoría propia - más los covers "El forastero", "Demoliendo hoteles" (cantado por Noe) y "Persiana americana" fueron de lo mejor. Una vez más, Anhell se hizo escuchar - aunque fuimos muy pocos los que lo escuchamos - disfrutando ellos arriba y nosotros abajo del escenario. Punto final para una presentación con el brillo sólo opacado por un sonido de boliche, no de sala de conciertos, pero tocó Anhell loco, lo demás no importa nada.